Cerraste los ojos
antes de que el sol pudiera abrazarte de nuevo
y así cobijar con su calor
la mejor rosa del jardín
que el Señor me concedió.
Cerraste los ojos
antes de que los Ángeles de envidia te los quitaran
a pesar de que el sol los añorara y llorara,
tus párpados se sellaron para que no se separaran
las estrellas del cielo y las almas humanas.
Cerraste los ojos
antes de que el brillo de las hadas los apagara
a pesar de que las noches sin luz se quedaran
para que más suspiros no se llevaran
cuando tu alma en sueños iluminara.
Cerraste los ojos
antes de que mi último aliento te llamara
a pesar de que tras ello el viento cesara
y de que las olas y sus aguas amargaran
para que de otra vida no se adueñaran.
Cerraste los ojos
a pesar de yo mirar dentro de ellos;
ahora sólo es un recuerdo distante,
un deseo de lo que podría haber sido,
un deseo de lo que debería haber sido.
Cerraste los ojos
y doy gracias a la vida por haberte tenido,
aunque Dios te arrancará de mí
y te quisiera a su lado,
porque una vida siempre será una vida
sin importar cuan breve fué
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